lunes, 1 de junio de 2009

Campaña PO en Parque Centenario, domingo 31 de mayo

Jorge Altamira charla con vecinos y feriantes del Parque Centenario





Era un frío domingo por la tarde en el parque Centenario. La gente paseaba buscando sol de la tarde. Diferentes propuestas se entrecruzaban y mezclaban para atraer al público. En un escenario, una ceremonia religiosa; hacia una de las esquinas, el hombre araña promocionaba el viaje en el tren de la alegría; muy cerca, una agrupación en defensa de los derechos del animal se proclamaba a favor de la adopción de animalitos abandonados; vendedores ambulantes ofrecían sus productos artesanales, pastelitos, pan relleno. En medio de ese desorden de ofrecimientos y promesas, se escuchó: “acérquese vecino y vecina del parque Centenario. Los candidatos del Partido Obrero dan la cara.”
Jorge Altamira se encontraba entre la gente hablando informalmente. Mientras, los integrantes del partido ofrecían folletería y la Prensa Obrera y le informaban a los transeúntes que “ahora va a hablar Altamira”. El público se fue ubicando en semicírculo alrededor del precario escenario delimitado por una bandera del Partido Obrero, una mesa y el mástil del parque.
“El Partido Obrero presenta a sus candidatos en las esquinas de la ciudad, en las plazas…”, se anunció. Finalmente el candidato a diputado nacional dio inicio al acto de campaña programado para la fecha. Comenzó su oratoria en relación al derecho a trabajar y enfatizó que no había un derecho mayor. El público que se encontraba conformado, en gran parte, por los feriantes del parque, quienes están en constante lucha con el Gobierno de la Ciudad ya que les niegan a la habilitación.
Luego, dirigió su discurso hacia el derecho a la ciudad, que “se convirtió en privilegio de unos pocos”, donde las instituciones democráticas deberían ser no oligárquicas y dejar de representar a unos pocos. A raíz de esto, hizo alusión al limitado acceso a los medios de comunicación que tiene el partido, por lo que deben llegar a la masa por la fuerza de sus ideas y no por las campañas de publicidad.
La gente se acercaba curiosa. Algunos, se quedaban a escuchar al candidato, otros se retiraban, tal vez atraídos por alguna otra alternativa del parque. Altamira transcurría en su discurso. Hizo una dura crítica a Pino Solanas. “Se presenta como progresista, cuando en realidad plantea una propuesta conservadora, es un engaño”, sentenció. Consideró que la mayoría de los votos dirigidos hacia ese candidato en verdad son votos que pertenecerían al PO.
Concluyó su oratoria con un breve relato del siglo XIX, sobre una familia en la que el padre, principal sostén del hogar, había sido despedido de la mina de carbón en la que trabajaba, permitiendo hacer referencia a la injusticia de la sociedad capitalista, donde las crisis las pagan los trabajadores. “Que la crisis mundial del capitalismo, la paguen los capitalistas”, finalizó en medio de los aplausos del público.
El acto de campaña finalizó con preguntas y comentarios de la audiencia. “Hay algo que no entiendo”, se escuchó, “si los trabajadores son masas, somos más, por qué no ganamos…”. Fue una pregunta muy simple y concreta, aunque la respuesta quedó empantanada en cuestiones de campañas y poder.

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